¿Sabes lo que hacen los niños muchísimas veces más que tú?
En el post de hoy te lo vamos a descubrir, y no solo eso: además, te propondremos 10 ejercicios para conseguir ponerte a su nivel.
Verás, una de las cosas en la que los niños superan a los adultos es en la cantidad de veces que se ríen al día: ellos lo hacen una media de 300 veces al día, mientras que los adultos tan solo 15.
Y tú, ¿te sientes identificado en esa media?
Sea cual sea tu caso, probablemente al reír tienes una sensación de placidez y calma, y estamos seguros de que te gusta. Sin embargo, no es la búsqueda de placer la razón por la que los niños se ríen tanto…
En una película que vimos hace poco, El puente de los espías, le decía el abogado al acusado: «¿Nunca se preocupa por nada?», a lo que el acusado respondía: «¿Serviría de algo?».
Lo que tienen en común este personaje y los niños es su falta de preocupaciones.
Seguro que te pasan por la mente muy a menudo pensamientos de este tipo:
✔ «Hoy tengo una reunión».
✔ «No voy a llegar a tiempo a trabajar, hay mucho tráfico».
✔ «Se me ha olvidado descongelar algo y no tengo nada para comer»
✔ «Vaya, parece que va a llover y no he cogido el paraguas».
✔ «Mmmm…, ¿qué me habrá querido decir con ese mensaje?».
¿Te resultan familiares? Como ves, los adultos tenemos más cosas en la cabeza, ya sean importantes o no. El caso es que le damos más vueltas a todo lo que nos ocurre y eso es lo que no nos permite reírnos (además de que es una conducta que somete a nuestro cuerpo a un estrés constante).
Por eso,
Para que puedas reírte más,
te proponemos que disminuyas esa cantidad de pensamientos. Esto no significa que te olvides de todo lo que tengas que hacer ni de tus problemas, sino que no le des tantas vueltas a lo que te sucede.
Por ejemplo, ¿crees que sirve de algo preocuparse cuando llegas tarde a una cita y no puedes hacer nada más que esperar a que el bus acelere? Podrías bajarte y echar a correr, pero, probablemente, eso solo conseguiría que te retrasases aún más.
Lo que sí podrías hacer en una situación así es avisar a la persona que te esté esperando, si es el caso, pero dejando a un lado la preocupación, porque esta no conseguirá que el bus vaya más rápido, que desaparezca el atasco ni dar marcha atrás en el tiempo para que tú salgas antes de casa.
Volvamos a los niños… ¿Sabes otra razón por la que los niños se ríen tanto? Se trata de su enorme capacidad de asombro: como no conocen el mundo, cada pequeño descubrimiento les arranca una carcajada.
La curiosidad por el mundo que les rodea en los niños es extraordinaria; los adultos, en cambio, solemos vivir situaciones rutinarias que ya no despiertan nuestra curiosidad, o que incluso nos resultan aburridas, y por tanto nos reímos menos.
Lo ideal sería rescatar esa curiosidad de cuando éramos niños, porque ello daría lugar a situaciones en las que apareciera la risa y nos sentiríamos mucho mejor tanto mental, física como emocionalmente.
¿Y sabes qué? La curiosidad es algo que se puede trabajar mediante el mindfulness.
Nos gustaría que pensaras
Qué puedes hacer para no darle tantas vueltas al coco, tomarte la vida con más humor y reírte más a lo largo del día
Para inspirarte, te proponemos algunas ideas:
1.- Pasar tiempo con bebés o niños pequeños, o bien, si eso no es posible, ponerte un timbre en el móvil para oír su risa, que es muy contagiosa.
2.- Pedirle a alguien que te haga cosquillas.
3.- Ver películas o leer libros cómicos. (Recuerda la canción del El rey león: «Hakuna Matata…, ríe y sé feliz… Ningún problema puede hacerte sufrir…»).
4.- Agradecer los pequeños momentos del día.
5.- Rodearte de personas que te hagan reír.
6.- Ver programas de televisión o vídeos que te nutran, que te hagan sentir bien. (Observa a partir de ahora si el contenido que ves hace que tu estado de ánimo decaiga y elimínalo de tu vida si es así).
7.- Acudir a uno de nuestros talleres para gestionar las emociones, los pensamientos y enfocar tu mente hacia lo positivo y el autocuidado.
8.- Practicar mindfulness, ya que conseguirá reducir tus niveles de estrés (esto hace que te sientas más relajado y encuentres más momentos en los que reírte).
9.- Meditar para tener más control sobre tus pensamientos.
10.- Tratar de sorprenderte más a menudo (puede ser con cosas sencillas), haciendo algo novedoso o rompiendo tus rutinas.
Para terminar, queremos tratar de hacerte reír ahora mismo. ¡Mira este vídeo!:
¿Sabes por qué le ocurre eso al bebé? Se debe al asombro y la fascinación que siente por lo que le rodea. Para él, cada momento es una nueva experiencia.
Dinos, ¿cómo te has sentido al ver este vídeo?, ¿te ha hecho reír como a nosotros? Nos encantaría conocer tus reacciones, cuéntanos en comentarios.